sábado

eso..

era el riesgo..
caer nuevamente en el abismo
de saltar al vacío en completa conciencia

tu y tus 22

yo y mis 33

tu y la piel perfecta

yo y mis ganas locas de gustarte un poco más que el resto..

el resto..
podría hablar y escribir del resto.. contarte sobre mi imaginación amplia e infantil, sobre lo que pensé de todas y cada una..sobre lo que pensé de ti sobre ellas..

hablo de ese resto que se antojo de ti antes que yo

cuando intuía que te quería solo para mi...

hasta que logré interrumpir tus días con mis divagaciones sobre la existencia de mi cuerpo lejos de mi mente y me provocaste escalofríos subterráneos con tu comprensión inmediata, con tu sentir cercano y perfecto, si, escalofríos...de esos que comienzan bajo la tierra y terminan como un leve zumbido en el oído.

el inicio, la distancia, el miedo a lo común, a perder la magia...
el superarlo en un parque tapando el sol con un sombrero...
mirándote a los ojos
queriendo un beso que no llego hasta despedir mi pasado y comenzar mi presente im-perfecto junto a ti...




Palabras de otros...



" y sé 
que hay una fecha, un día, detrás de cada calle,
un rencor deseable,
un arrepentimiento, a medias, en el cuerpo"


...Por lo demás hay que ser imbécil, hay que ser poeta,
hay que estar en la luna de Valencia para perder más de cinco minutos con estas nostalgias perfectamente liquidables a corto plazo..."

Julio Cortázar

Problemas de geografía personal

Nunca sé despedirme de tí, siempre me quedo
con el frío de alguna palabra que no he dicho,
con un malentendido que temer,
ese hueco de torpe inexistencia
que a veces, gota a gota, se convierte
en desesperación.

Nunca se despedirme de tí, porque no soy
el viajero que cruza por la gente,
el que va de aeropuerto en aeropuerto
o el que mira los coches, en dirección contraria,
corriendo a la ciudad
en la que acabas de quedarte.

Nunca sé despedirme, porque soy
un ciego que tantea por el túnel
de tu mano y tus labios cuando dicen adiós,
un ciego que tropieza con los malentendidos
y con esas palabras
que no saben pronunciar.

Extrañado de amor,
nunca puedo alejarme de todo lo que eres.
En un hueco de torpe inexistencia,
me voy de mí
camino a la nada.

Luis García Montero

 
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